NORALa puerta se cierra con un golpe seco detrás de mí, resonando como un trueno en el silencio de mi apartamento.Permanezco de pie, inmóvil, con la respiración corta, los puños tan apretados que mis uñas se clavan en la palma de mis manos.Odio a ese tipo. Lo odio. Me devora, me mancha, me reduce a migajas y, sin embargo… sigo aquí.Rechazo violentamente mi bolso sobre el sofá, el golpe de los objetos dentro despierta una ira sorda, un fuego negro que arde en mí.— ¿Cómo se atreve?Sus palabras, sus amenazas, su posesión disfrazada de caricia, su sonrisa de depredador… todo me da ganas de vomitar.Recorro la habitación con la mirada, buscando un refugio, una salida, pero todo me parece estrecho, asfixiante.Me lanzo hacia la ventana, la abro de par en par, el viento entra en el apartamento y azota mi rostro, una bocanada de aire fresco que rasga un poco este velo de sofocación.Aprieto los dientes, trago las lágrimas que arden en el fondo de mis ojos.— No soy tuya.Repito estas pa
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