POV LeonardSalí de los aposentos de mi padre con el corazón encogido. El aire del pasillo se me hacía más denso que nunca, como si cada piedra del palacio guardara los ecos de lo que acababa de escuchar. Mi padre, el rey, el hombre que nunca había mostrado fisura alguna frente a mí, acababa de hablarme como un hombre cansado, vulnerable, consciente de que el tiempo lo estaba alcanzando.Avancé sin rumbo fijo, mis botas resonando en la galería. No quería ir a la biblioteca, ni al jardín, ni al salón del consejo. Necesitaba hablar, aunque pocas personas en este reino podían soportar escuchar mis pensamientos sin juzgarme o torcerlos. Solo uno había sabido siempre estar a mi lado sin más interés que mi propio bien: Valentín.Lo encontré en la sala de armas, donde solía entrenar con los soldados jóvenes. Estaba revisando una espada, pero al verme entrar, dejó todo a un lado y se irguió con respeto.—Alteza.—No me llames así ahora —dije, levantando una mano—. Necesito a Valentín, no a un
Leer más