POV Leonard
—El rey se quedará en sus aposentos hoy alteza, pidió que le diéramos ese mensaje…
Una vez más, el rey decide no salir. Aquello hizo ruido en mí, por lo que dejé aquello que hacía y me fui con él.
El silencio de los pasillos se extendía como una sombra pesada mientras caminaba hacia los aposentos de mi padre. Cada paso retumbaba en mi pecho más que en el mármol, porque llevaba en el corazón la certeza de que algo no estaba bien.
Han pasado dos días desde que Elara llegó al reino, mi padre, en esos dos días se ha ausentado de todo, incluso, del consejo.
Sé que su salud no es la mejor, parece sentirse cada vez más cansado y aunque los médicos aseguraban que solo era fatiga por la edad, mi intuición me gritaba otra cosa.
Me detuve frente a las grandes puertas de roble labrado. Dos guardias se hicieron a un lado en cuanto me reconocieron. Tomé aire y empujé las puertas con suavidad. Al abrirse, un aroma a hierbas amargas y ungüentos me golpeó.
Dentro, la luz era tenue, solo