POV Elara
Mis ojos estaban pesados, como si tuviera piedras en mis parpados. No había pegado un ojo en toda la noche. Cada vez que cerraba los párpados, veía a Lady Mirenia repitiendo con paciencia —o quizás con desesperación— las reglas de etiqueta, las reverencias, la posición de las manos, la inclinación precisa del cuello.
—"Más abajo, Elara. El peso del reino está sobre tu espalda."
Lo había escuchado tantas veces que hasta en sueños lo repetía.
Mis rodillas dolían. Había practicado tantas reverencias la tarde anterior que sentía los músculos rígidos, como si se hubieran convertido en piedra. No quería hacer una reverencia más, no podía. Me preguntaba cómo iba a doblarlos frente al rey sin caer de narices por mis piernas cansadas.
Las doncellas entraron con los primeros rayos del sol que se asomaron por los ventanales. Tras ellas venía lady Mirenia… Traían jarras de agua tibia, telas perfumadas y un vestido que parecía sacado de un sueño.
Desde temprano siguieron los ensayos de a