POV Elara

Pasé de sentarme en una mesa de madera, remendada, con filos de clavos que sobresalían y nos puyaban los codos, de compartir una comida al día o dos si teníamos suerte con mis dos hermanas; de tomar un caldo insípido y pan duro… a estar aquí, sentada con los miembros de una corte, el rey, el príncipe y tener tanta comida para alimentar a mi aldea completa.

Los ojos no me alcanzaban para todo lo que aquí había, estaba sorprendida mientras que los demás actuaban como si nada, pero claro… es normal para ellos tener tanto de esto en sus mesas.

Me obligué a caminar con dignidad, a pesar de que mis piernas temblaban. Me senté lentamente, cuidando que la falda no se enganchara, que las manos reposaran sobre mi regazo como había practicado.

A mi lado sentí la presencia del príncipe, ese aroma de él es particular, podría saber que es él sin mirarlo.

Tragaba sonoramente, miraba a todos en la mesa y casi todos los ojos estaban en mí.

¡Ay no!

Los platos frente a mí eran una obra de arte