Liliana permanecía sentada en el suelo, recargaba su espalda en la orilla de la cama, por sus mejillas rodaban lágrimas, puesto que, no paraba de ver las notas que habían salido de hace unos días, donde se cubría la gran noticia de Frida Quintana y Gabriel Garza.Habían pasado 4 años y ella, aunque no lo decía, aunque trataba de no pensarlo, aún traía a su mente los recuerdos de aquel joven que, sin pensarlo, sin esperarlo, lo conoció, la enamoró y luego, luego se marchó.Ahora, todo se veía tan claro, Dayana nunca quiso contactarla con él, por esto, su amiga lo sabía, era más que claro. Si los periodistas decían que llevaba más de 3 años de relación, era seguro que ellos se conocían de tiempo atrás, si, tiempo en el que ella lo esperaba, tiempo en el que ella aún albergaba la esperanza de volverle a ver.El estómago de Liliana se revolvía con cada fotografía que miraba, sus lágrimas no paraban de rodar por sus mejillas, era un llanto silencioso, era un llanto doloroso, ¿Cómo era posi
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