Acostada en el sofá, con las piernas cruzadas sobre el cojín y el celular en las manos, leyendo otra vez el mensaje de Enzo."Tuve que viajar al sur. Pero regreso el fin de semana y me encantaría verte. ¿Qué tal un café o una cena?"Sonreí levemente, casi automáticamente, y mis dedos rozaron los labios, recordando el beso de anoche. Fue bueno... muy bueno. Enzo era gentil, educado, guapo, todo en su lugar.Pero no era Alessandro.Suspiré, sintiendo el peso que esa constatación traía. No era justo comparar. Necesitaba ir despacio. Fueron más de tres años sola, sin nadie, reconstruyéndome. Y Alessandro... bueno, Alessandro fue el último hombre con quien me involucré de verdad. Y no fue cualquier involucramiento. Fue devastador."No te presiones, Larissa. No ahora."Guardé el celular, tiré el cuerpo hacia adelante y me levanté. Rafael había viajado y necesitaba llevar a Gabriel hasta la escuela.En el camino, él fue parloteando sobre las actividades del día, y yo sonreía, respondía
Leer más