Thiago soñó con Lux. Al principio, era un recuerdo difuso: la forma en que lo había mirado aquella noche, el roce de su mano al pasarle la tarjeta con su número. Pero el sueño lo envolvió con más fuerza, transformando la memoria en algo más ardiente.La vio acercarse, sus labios a un susurro de distancia, el fleco enmarcando sus ojos. Podía sentir el calor de su cuerpo contra el suyo, el movimiento lento de sus caderas, la promesa implícita en cada gesto. El contacto se volvió más intenso, tan real que le arrancó un gemido entrecortado en medio del sueño.Después sintió el beso, ese beso que lo encendió por dentro. Seguía ardiendo profundo, más urgente, con su boca reclamando la de él, como si en verdad la deseara. La sintió cerca, demasiado cerca. El roce de sus labios entreabiertos, el sabor a peligro mezclado con el deseo.Cuando la mano de Lux bajó hacia su miembro, despertó de golpe, jadeando, con el corazón desbocado y el calor recorriéndole la piel. Se llevó una man
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