Capítulo 7: Una boda para cerrar el pacto.
La ciudad entera despertó con un murmullo: la boda del año había llegado.
El lugar elegido estaba listo. Un antiguo convento restaurado en pleno corazón de la ciudad, decorado como si se tratara de una boda de cuento de hadas. Los jardines estaban cubiertos de miles de rosas blancas y lirios, mientras lámparas de cristal colgaban de los árboles, bañando el ambiente con destellos cálidos. Cada rincón parecía diseñado para aparecer en las revistas de sociedad. Era una boda planeada con precisión quirúrgica, una boda que parecía real. De esas que solo se ven en las películas.
En la habitación asignada, Lux se encontraba frente al espejo. Vestía un majestuoso vestido de novia de corte princesa, con una falda amplia y voluminosa que caía en cascada hasta acariciar el suelo. El cuerpo del vestido se ceñía a su silueta, marcando cada curva con elegancia. El escote en forma de corazón profundo, enmarcado por delicados bordados de encaje, ascendía hasta prolongarse en mangas largas, ceñidas y