Por la noche le envié un mensaje a Gabrio, respondió bastante rápido, con una foto de él y Enzo juntos en la computadora. Respondí con un emoji y me acosté en mi cama demasiado estrecha, con vista al cielo raso descascarado.Extrañé la hermosa casa de Gabrio, y de cierta manera también lo extrañé a él.  Según lo que me había dicho Emilia los días buenos de Gabrio solían ser pocos. Así que lo dejé disfrutar a solas de su explosión de energía un tiempo más antes de aparecer por su casa con un plan bien formado.Llegué por la tarde y si bien no me esperaban, se alegraron de verme. Gabrio seguía tal como lo había visto por última

La cena no tardó en llegar, eran sándwiches de pavo y queso azul, no esperaba eso, pero no me molestó, ahora me gusta el queso azul. Después de comer bajé la bandeja y me metí al baño a darme una ducha antes de acostarme para sacarme el sudor del día, aunque no había hecho nada… me puse el pijama y corrí hasta la cama de Gabrio. Intuía que no iba a dormir, así que no lo esperé para dormirme, me acosté abrazada a Charmander y me dormí inmediatamente, la cama de Gabrio era cómoda, olía bien y por sobre todo me inspiraba tranquilidad.No lo sentí acostarse conmigo, pero sí lo escuché sollozar en sueños. Me desperté sobresaltada, encendí la luz tenue del velador y vi a Gabrio sacudirse en sue&n

¿Cuándo había sido la última vez que había estado tan nerviosa? Imposible decirlo, pero no iba a dejar pasar la oportunidad. Gabrio no parecía tener intención de acostarse, sabía que tenía una melodía en la cabeza y que necesitaba expresarla. Lo dejé tranquilo mientras me ponía el pijama y me arreglaba para dormir. Se dio cuenta que estaba dando más vueltas de lo normal y se sacó los auriculares para preguntarme qué me pasaba.ㄧ ¿Vienes a la cama? ㄧ pregunté con inocencia.ㄧ Quiero terminar esto. ㄧ Me dijo y volvió a calzarse los auriculares.Resolví que quizá esa noche no iba a ser la noche, y me acosté con Charmander, pensando en que si Gabrio seguía en esa racha

Carla se puso feliz de recibir mi celular viejo y sentí un poco de pena por ella por ser feliz con tan poco. Mi celular nuevo era hermoso, tan rápido y eficiente que me pregunté cómo había sobrevivido tanto tiempo con mi antiguo aparato. La cámara del nuevo celular era una maravilla y ahí caí en cuenta de que no tenía ninguna foto con Gabrio. Ya lo extrañaba, lo extrañaba con locura y le escribí un mensaje diciéndoselo.Respondió una hora después, sólo dos palabras “te necesito”.No necesité más, y a la noche fui a su casa después de cenar para fingir que me importaba mi familia. Pasé por la farmacia y compré condones, mi primera vez comprando seriamente

⚠️ Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas sensibles relacionadas con la salud mental y el sufrimiento emocional. Se recomienda discreción al lector. Subí las escaleras y golpeé la puerta de la habitación antes de entrar, Gabrio no respondió así que empujé la puerta lentamente y pedí permiso. La habitación estaba extrañamente despejada y una música suave sonaba, imperceptible desde el otro lado de la puerta. Él fumaba en su pipa, recostado contra su silla y con los pies subidos a la otra silla. Me miró en cuanto entré y procedió a ignorarme.ㄧ Hola. ㄧ Lo saludé mientras me acercaba a él, y volvió a mirarme.ㄧ ¿Te está faltando plata que volviste sin que te lo pidiera? ㄧ Me preguntó muy tranquilo.¿A qué se refería? ¿Acaso