Voces en la oscuridadLa noche no era más que un velo oscuro que ocultaba secretos inconfesables, tan espeso que incluso el aire parecía difícil de respirar. Después de nuestra última conversación frente al espejo, la tensión se había instalado en cada rincón de la casa de Ana, como una presencia invisible que respiraba con nosotros, vigilándonos.Me desperté abruptamente, empapado en sudor frío, con la sensación de que alguien me llamaba, un susurro apenas audible que parecía nacer del mismo aire y colarse en mis oídos como un hilo helado. Al abrir los ojos, la habitación estaba envuelta en penumbra, pero una luz tenue danzaba en el reflejo del espejo antiguo, proyectando sombras que parecían moverse con vida propia, contorsionándose como si trataran de escapar de su prisión de vidrio.Ana estaba a mi lado, aún dormida, su respiración suave y constante, pero interrumpida de vez en cuando por un murmullo apenas perceptible, un gemido contenido. Su frente estaba marcada por un ceño fru
Leer más