Pasados algunos días de melancolía, Rubí logró sobreponerse. Se repitió que, aunque sentía una conexión especial con Sabrina, no era su verdadera madre. Sin embargo, seguía creyendo que entre ambas existía un lazo invisible, como si fueran almas gemelas.El lunes, volvió a clases.Tenía inglés por la mañana y luego matemáticas, una materia que consideraba importante y difícil de recuperar. Por eso, decidió asistir.El guardaespaldas y Erick ya habían sido condenados a prisión, así que Rubí dejó de pensar en ese asunto. En cambio, su atención se centró en Emily y Jasper. A menudo le hacía preguntas que hacían sonrojar a su amiga.Sin embargo, entre Emily y Jasper no había habido ningún progreso. Emily solo le había confesado que, cuando llegara el momento, no aceptaría comprometerse con el hermano de Jasper.—Emily, aunque seas una chica, tienes que tomar la iniciativa en estas cosas —le dijo Rubí con tono serio.Emily fingió inocencia mientras caminaban hacia el estacionamiento.—¿Qué
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