La Caja de Joyas y el Último Plan del LoboLa luz de la luna llena, un faro de esperanza en la oscuridad de nuestra desesperación, se filtraba por el tragaluz de la forja abandonada. El aire, denso con el olor a hollín y metal viejo, era ahora el perfume de nuestra rebelión. En el centro del taller, la fogata crepitaba, proyectando sombras danzantes en los rostros de los fugitivos. A mi lado, Calix , el príncipe que había vivido en una jaula de oro, se sentaba, su rostro de noble iluminado por la luz de la llama. A su lado, Orlo , el noble caído, sostenía su hacha de leñador con una determinación feroz. Silvio , el herrero redimido, con su rostro de piedra iluminado por el fuego, pulía una espada, una espada forjada para la justicia. Yo, Conan , el lobo de las calles, me encontraba en el centro de todo, con la mente trabajando a una velocidad vertiginosa.— Isabel la tiene en una jaula de oro —dijo Calix , su voz era un susurro roto por la angustia—. En lo alto de la torre más
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