El aire estaba denso de tensión, como si el bosque mismo contuviera la respiración. Desde la revelación de la maldición y su vínculo con Eira, los susurros no habían cesado dentro del Consejo. Pero aquella noche, algo más se cernía sobre ellos: una competencia. No una cualquiera, sino una que había sido prohibida hacía generaciones. Una que, en el pasado, causó divisiones irreparables entre clanes.La llaman "La Prueba de la Sangre y la Voluntad". Se usaba para determinar liderazgo, lealtad y, sobre todo, la capacidad de resistir los venenos del alma. Era una competencia que enfrentaba no solo fuerza física, sino también control mental, resistencia espiritual y, esta vez… una pastilla que alteraría todo.Aidan, de pie junto a Eira, mantenía su rostro severo mientras observaba cómo los preparativos se llevaban a cabo en el claro principal. Un círculo tallado en piedra y tierra, con marcas antiguas brillando levemente bajo la luz de la luna, aguardaba a los participantes. Alrededor, var
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