Y ella sintió.Sintió el calor brotando como lava en su interior cuando los dedos de Derek comenzaron a acariciarla con una delicadeza que parecía una contradicción con la pasión de su mirada.Sintió cómo los gemidos salían de su garganta sin pedir permiso, uno tras otro, gloriosos, liberadores.El calor que emanaba de su feminidad le subía por los dedos hasta el alma. Derek cerró los ojos un instante, respirando su esencia, intentando no perder la razón.Su lobo rugía en su interior, exigiendo que la tomara, pero él se contenía, queriendo que fuera especial.No podía dejar de tocarla. Recorrió su espalda, delineó la curva de su cintura, subió nuevamente por sus costados hasta alcanzar sus pechos y los acarició como si fuesen la octava maravilla del mundo.Scarlet soltó un pequeño quejido, sin saber si era por placer o nervios.Segundos después de sentirse tonta, ella, con manos temblorosas, bajaba hasta su abdomen, buscando con torpeza el cinturón. Derek se quitó los zapatos de una p
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