Cuatro años más pasaron con rapidez, sin dar cuenta de nada y la vida seguía su curso. Amelia tenía 8 años, era una joven muchacha llena de energía y curiosidad. Pese a ser humana rodeada por cambiaformas, para ella era normal. Si bien sabía que ella no era 100% parte de ellos, se sentía como una más. Sus papás desde que ella fue consciente de los cambios que habian a su alrededor le contaron cómo la encontraron, la historia de la manada y las reglas que implican.Ella no tenía problemas con eso, amaba el lugar donde vivia y a sus amigos, que siempre eran más cuidadosos con ella ya que al ser humana era más fragil, pero no menos valiente. James por su parte seguía en la misma situación de negacion, pese a que sabía que con cada año que pasara sería más dificil hasta el punto donde no podría negarlo más, se mantenia fiel a su palabra de mantenerse alejado de ella. O al menos lo intentaba.El lazo entre ellos cada vez tomaba más fuerza y para mala suerte, al ser él la parte lobuna,
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