Lila se sobresaltó con los golpes firmes contra su puerta, dejó los platos que estaba lavando y se secó las manos antes de ir hacia la entrada. Su esposo no se encontraba y casi nunca recibian visitas, así que estaba intrigada respecto a quién podria ser.
Pero aquellas dudas quedaron atrás cuando al acercarse pudo sentir el aura de poder detrás de la puerta, la abrió con calma e hizo una pequeña reverencia con la cabeza.
–Alpha, ¿que lo trae por aquí? –preguntó viéndolo fijamente.
–Hola Lila, disculpa que te moleste, pero es sobre Amelia.
El corazón de ella comenzó a latir apresuradamente apenas esas palabras llegaron a sus oídos y la preocupacion brotó de ella impactando la nariz de James.
–¿Q-qué? –tartamudeó–. ¿L-le pasó algo? D-debo llamar a Connor..
–Calmaté Lila –ordenó él con calma–. No le pasó nada malo.
–¿No? –preguntó ella aliviandose.
–No, lo lamento, fue una mala eleccion de palabras –se disculpó–. Solo…tengo dudas respecto a ella.
El ceñó de la mujer se arrugó y se hizo