Ya había cenado, y el ambiente parecía tranquilo, como si los silencios incómodos se hubieran diluido con el postre.Salimos a mi auto para llevarnos a su hotel y ver si tenía un momento privado con mi novio, después de un largo día tan pesado.Pero bastó un susurro para que todo se torciera.Loys se inclinó hacia uno de los monjes, hablándole al oído con una sonrisa ensayada. El joven, tras asentir con complicidad, se giró hacia mí con educación.—Suzy, ¿te importaría si voy en el asiento delantero contigo? Me gustaría ver bien la ciudad —pregunta con tono inocente.Le sonreí, sabiendo perfectamente qué estaban planeando.—Claro, no hay problema —respondí, a esta la despeluco si me salta con algo más..Tenzin y Loys subieron atrás junto a los otros tres. Yo manejaba, el otro monje a mi lado, y en el retrovisor… ahí estaban. Lo bueno es que mi auto es bastante amplio, pero veía como la chica casi iba sentada en las piernas de Tenzin.Primero un silencio. Luego, Loys se estaba inclinan
Ler mais