Después de la clase, Tenzin se duchó en silencio en los vestidores del dojo. La conversación con los niños había sido un bálsamo momentáneo. Pero el dolor volvió apenas cruzó la puerta de salida.
Afuera, el aire de Manhattan se sentía más denso. Tomó su celular. Nada. Ni una respuesta de Suzy.
"Suzy, por favor. Hablemos. Necesito explicarte".
Mensaje enviado. Y nada. Vista. Silencio.
Volví a intentarlo.
"No fue lo que tú crees. Hay cosas que no sabes. No puedo vivir sin hablar contigo".
Leía y no respondía.
Al llegar a su apartamento, se sintió como una cueva. El recordado cuando estaba en el apartamento de ella, un lugar donde Suzy había reído, donde habían probado condones de chocolate, donde se ducharon juntos entre besos. Todo parecía más lejano que nunca.
Y entonces lo decidí.
—A la mierda esto.
Se puso su abrigo y bajó a la calle. Tomó un taxi directo al apartamento de Suzy. Tenía que verla. Tenía que mirarla a los ojos.
Cuando llegó al lujoso edificio en el Upper West Side, el