Valentina prefería mil veces estar en el infierno antes de ser abusada, pero nada podía hacer para defenderse cuando todo estaba en su contra. Resignada, cerró los ojos y dejó que las lágrimas salieran. Justo cuando pensó que todo estaba perdido apareció Javier y de un solo golpe estrelló en el suelo al malvado. Lo golpeó hasta el cansancio y lo dejó libre hasta que el asistente llegó y se lo quitó. De lo contrario, se habría convertido en un asesino con causa. —Llévalo a algún lugar y dale su merecido—. Ordenó, rechinando los dientes… con el pecho subiendo y bajando por la cólera.—Por favor, no me culpes. No sé qué me pasa, siento que me estoy quemando, ayúdame te lo suplico. Javier la abrazó para levantarla y llevarla a la bañera. Pero la desesperación de Valentina era tanta que de inmediato sus manos comenzaron a desvestir al hombre y a asaltar su boca enredando su lengua contra la de él. Ese acto provocó que toda la ira de Javier se desvaneciera y sus instintos de hombre en cel

7 AÑOS ATRÁSValentina despertó desorientada al desconocer el lugar donde se encontraba. Pero lo peor estaba por venir, a su lado descansa un hombre, desnudo. al igual que ella. —¡No puede ser! ¿Qué está pasando?— Se preguntó a sí misma. Bajó de la cama como a la velocidad de un rayo, se vistió y corrió a la calle. Llegando a casa se bañó por casi una hora tratando de borrar aquellas huellas que en el cuello y pechos habían dejado. No quería imaginar cómo reaccionaría Javier si se entera de que ha pasado la noche con otro hombre. —¿En qué momento entró ese hombre?— Se pregunta tratando de recordar algo, cuando lo hace, lo lamenta. —¡Maldición, pensé que se trataba de Javier!—. Apenas salió del baño recibió varias fotografías que Mariela le había enviado. Ella estaba acostada en la cama y casi abrazando a Javier que se notaba sin camisa. —Pasamos una noche maravillosa. Espero que también te hayas divertido—. Le escribió. —Estoy segura que tú tienes mucho que ver con la droga que m