Nos acomodamos en la sala a tomar y comer algo, mientras hablábamos de trivialidades; yo la observa a ella, es hermosa, es inteligente, es valiente. En resumen, es perfecto. Espero poder estar a la altura de la situación, y con eso me refiero al padre de Aye, odiaría que algo le pasara a cualquiera de las dos. Quito esos pensamientos de mi cabeza, no quiero pensar que algo malo va a pasar, así que mejor la sigo observando y admirando su belleza, su integridad. Vaya, nunca pensé que algo así podría pasarme a mí, que me vuelva tan protector con alguien, con una mujer; pero, aparentemente, con Lina nada es como uno piensa, y seguramente nada va a ser normal. Para ser honestos, no me importaría tener una relación anormal con esta mujer, siempre y cuando sea ella quien despierte a mi lado todas las mañanas. Voy a defenderlas y protegerlas de todo lo que quiera hacerles daño, tanto a Lina como a su hija, de eso no cabe duda. No voy a dejar que nada les pase. Nadie va a lastimarlas, mientras
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