Desde que llegué, no puedo dejar de revivir ese beso y ese maravilloso orgasmo que tuve en el museo. Ese beso y algo más. Dios, con solo recordarlo mi cuerpo entra en un calor insoportable y mis mejillas comienzan a arder, sin contar el cosquilleo en mi vientre.—Te gustó —afirmó cuando se apartó con la respiración acelerada.—Sí —hablé sin pensar, aunque no me lo estaba preguntando.—A mí también —me besó —. Me gusta cómo te sonrojas cuando te corres —murmuró sobre mi boca, y yo me acaloré de nuevo.Quería más, quería de nuevo, lo quería dentro de mí. Había perdido la poca cordura que me quedaba; estábamos en un museo, por el amor hermoso, ¿cómo era posible que permitiera que me masturbara en un lugar público? No me arrepiento, jamás me hicieron sentir así, la mezcla de excitación y adrenalina, por el miedo a que nos descubrieran, lo hizo todo más intenso.Besa y toca muy bien, ¿será así de bueno en la cama también?, seguro que sí, Lina, ¿qué estás diciendo?, ¿no viste cómo te tocó,
Ler mais