Sale de la habitación, dando un portazo detrás de sí. Escucho que le habla a alguien, de mal modo, y luego se aleja. La puerta se abre de nuevo, pero esta vez no es Dany quien entra, sino un hombre al que no conozco. Su aspecto es aterrador, tiene la cabeza rapada, tatuajes en los brazos y el cuello, y una horrible cicatriz en una de las mejillas; Es mucho más alto y ancho que Dany. Camina hacia mí con pasos lentos y pausados, con la cabeza hacia un costado, escrutándome; Es realmente horrorosa la forma en que me mira, como si fuese un psicótico.—Dany me dijo que no quieres comer —Me mira por unos segundos y vuelve a hablar—. ¿Es verdad? —pregunta, sabiendo la respuesta; solo está jugando conmigo—. Verás, me ordenó que te castigara por tu impertinencia —Ante su advertencia, comienzo a tirar de nuevo de mis muñecas; el hombre chasquea la lengua—. No hagas eso.Se para a un lado y con una de sus manos me acomoda un mechón de cabello que estaba en mi frente, pegado por el sudor frío que
Leer más