Esa mañana, el aire en Milán parecía pesado. El cielo gris y nublado presagiaba algo turbio, algo que aún no se había materializado, pero estaba allí, flotando en el ambiente. Dante se encontraba en la oficina, con una postura que solo alguien con su poder y determinación podría lograr, mientras preparaba los últimos detalles de un cierre de negocios crucial. El dinero, el poder y la influencia estaban al alcance de su mano. Pero algo seguía rondando su mente, algo que no podía controlar: Alicia.Había pasado tanto tiempo en la rutina diaria, compartiendo momentos, en una relación que nacía a partir de un contrato, pero que ya comenzaba a ser algo más real de lo que ninguno de los dos quería admitir. De repente, el sonido de su teléfono rompió la quietud de la mañana, pero la llamada era de alguien que no podía atender en ese instante.Alicia.Él había sido claro: estaba en medio de una reunión de negocios importante, una que no podía esperar. Así que, sin pensarlo dos veces, desvió l
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