La ciudad, a lo lejos, brillaba con la luz del mediodía. Las calles, aunque siempre bulliciosas, parecían diferentes hoy, como si todo a su alrededor estuviera esperando algo. Un aire de tensión envolvía cada rincón, y Samantha no podía deshacerse de la sensación de que algo grande estaba por suceder. La llamada que había recibido la había dejado con más preguntas que respuestas, y ahora, caminando por las frías calles de la ciudad, su mente no dejaba de girar. ¿Quiénes eran esas personas? ¿Qué querían realmente?A su lado, Alexander caminaba en silencio, su rostro serio, pero con la determinación que siempre lo había caracterizado. Sabía que lo que estaba por venir no sería fácil. Las amenazas que habían recibido no eran vacías. El poder que tenían esas sombras era real, y de alguna manera, tanto él como Samantha se habían convertido en parte de un juego mucho más grande del que habían imaginado. Un juego donde las reglas eran cambiantes, y la verdad, la más importante de todas, se e
Leer más