Iris—¿Quieres un poco de compañía? —Violeta asomó la cabeza, justo cuando me estaba poniendo la pijama que encontré en un cajón, una de esas que son top y short, seguro la compró para mí.—Claro alteza, pase—todos fueron tan serios y formales en la cena que me sentí completamente fuera de lugar, no sabía ni cómo dirigirme a ella después de eso. Supuse que técnicamente era una princesa.Violeta se rio un poco.—Tranquila, no tienes que hablarme de manera tan formal. De hecho, nadie lo hace. Bueno, nadie excepto Matilda, y la verdad me cae mal. Ahora que lo pienso… la odio un poquito.Me reí con fuerza sin querer, ella también se rio.—Perdón, es que... bueno, la cena fue demasiado para mí —le confesé.—No siempre es así, solo cuando hay visitas. Hasta con Matilda, mi hermano normalmente no se presta a su numerito de ‘reina del castillo’, pero no sé qué le pasó hoy. Parecía como si tuviera un palo metido entre las nalgas.—¡Para ser sincera, sí tenía cara de compungido!—me burlé, y las
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