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Todos los capítulos de Bajo el Hechizo de un Magnate: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 20
La semana transcurrió con una lentitud exasperante. Maximiliano se había sumido en una preocupación silenciosa, apenas presente en la oficina más allá de las reuniones importantes. Sus interacciones conmigo se limitaban a instrucciones breves y formales, la calidez de Margarita evaporada como un espejismo en el desierto. La sombra de Sofía y el pequeño Mateo se cernía sobre él, creando una barrera invisible entre nosotros.Daniela, siempre observadora, notó el cambio en el ambiente- ¿Todo bien con el jefe, Clari? Parece como si tuviera el alma en otro lado.-Está pasando por un momento delicado con la familia de su amigo - respondí vagamente, sin querer revelar nada de nuestra extraña "no relación".Pero la ausencia de Maximiliano en nuestra dinámica laboral era solo una parte de la historia. Sofía Vargas comenzó a aparecer con más frecuencia en la oficina. Al principio, eran llamadas telefónicas que él atendía con una voz suave y preocupada. Luego, fueron visitas breves, con la excus
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Capítulo 21
La distancia de Maximiliano se había convertido en una constante palpable en la oficina. Susurros telefónicos que cortaba bruscamente al verme acercar, la sombra de Sofía Vargas flotando en el aire con sus visitas cada vez más frecuentes... todo contribuía a una atmósfera cargada de secretos. Mi curiosidad, lejos de disminuir, se había transformado en una punzante necesidad de entender el laberinto emocional en el que Maximiliano parecía moverse.Aproveché un instante en que Daniela regresaba de fumar para acercarme a su escritorio. Su mirada astuta siempre parecía captar las corrientes subterráneas de la oficina.-Dani, ¿has notado algo… raro últimamente con el señor Ferrer y la señora Valera?Daniela exhaló, su aliento impregnado a cigarrillo- Raro… ¿en qué sentido, Clari? Maximiliano siempre ha sido un hombre reservado. Y Sofía… bueno, está sufriendo. Es normal que busque apoyo en un amigo tan cercano a Ricardo.Su tono era demasiado casual, casi ensayado. Sentí que ocultaba algo.
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Capítulo 22
La atmósfera en la oficina se había vuelto opresiva, cargada de secretos que parecían susurrarse en cada rincón. Observaba a Maximiliano con una atención casi paranoica, analizando cada una de sus interacciones con Sofía. Sus llamadas seguían siendo un misterio, su voz apenas audible tras la puerta cerrada, pero la tensión que emanaba de su oficina era palpable. Las visitas de Sofía, cada vez más frecuentes, se habían convertido en un recordatorio constante de mi propia insensatez al aceptar su juego. ¿En qué demonios estaba pensando al creer que podía separar el deseo de la emoción? La culpa me carcomía por dentro, un ácido lento que corroía mi autoestima. Estaba pensando seriamente en dejar el trabajo, pero no podía dejar este sin tener otro asegurado. Tenía que empezar a buscar.Un día, mientras compartíamos un café amargo en la sala de descanso, Daniela se inclinó hacia mí, con los ojos brillantes de una curiosidad mal disimulada.-Clari, a
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Capítulo 23
La situación con Maximiliano y Sofía me tenía enferma. Salí del edificio con ganas de despejarme, de comer algo rico sin pensar en sus rollos. La culpa por haberme metido en ese juego tonto con Maxi seguía ahí, como una sombra, pero necesitaba un break.Iba medio en la luna, viendo los escaparates, cuando vi a una señora mayor tropezar justo delante de mí. ¡Pum! Bolso al suelo y un montón de cosas rodando por la acera. Me lancé a ayudarla al toque.-¡Ay, señora! ¿Todo bien? ¿Se dio un golpe? - le pregunté, recogiendo un pañuelo de seda súper elegante que se le había caído.La señora era una ricachona, se notaba por la ropa y las joyas, pero tenía una cara súper dulce. Me sonrió como si le hubiera hecho un favor enorme.-Ay, hijita, qué despistada soy. Mil gracias por la ayuda- dijo rápidamente.Entre las dos juntamos sus cosas: las gafas, un monedero de cuero carísimo, hasta un estuche de maquillaje.-No es nada, señora - le dije
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Capítulo 24
La tarde en la oficina adquirió un matiz decididamente diferente tras la inesperada revelación de mi encuentro con Elena. Maximiliano parecía visiblemente más relajado, como si una pequeña carga se hubiera levantado de sus hombros, aunque la preocupación por Sofía y el pequeño Mateo seguía presente en sus ojos. Durante las horas siguientes, me dirigió algunas miradas discretas, cargadas de un agradecimiento silencioso que derretía ligeramente la barrera de formalidad que habíamos construido con tanto esmero.Daniela, con su radar de chismes siempre activo, no tardó en acercarse a mi escritorio con una sonrisa traviesa.-Clari, ¡esto es mejor que una telenovela turca! ¿Desde cuándo conoces a la suegra? ¡Que buen giro de guion!-¡Dani, por favor! ¡No es mi suegra! - exclamé, sintiendo un leve rubor en mis mejillas. - La ayudé esta mañana cuando se cayó cerca del edificio. Fue una coincidencia total, te lo juro.-¡Uy, qué puntería la tuya! Y el jefe parecía… bastante… ¿conmovido? Esto se
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Capítulo 25
La tarde en la oficina adquirió un matiz decididamente diferente tras la inesperada revelación de mi encuentro con Elena. Maximiliano parecía visiblemente más relajado, como si una pequeña carga se hubiera levantado de sus hombros, aunque la preocupación por Sofía y el pequeño Mateo seguía presente en sus ojos. Durante las horas siguientes, me dirigió algunas miradas discretas, cargadas de un agradecimiento silencioso que derretía ligeramente la barrera de formalidad que habíamos construido con tanto esmero. Daniela, con su radar de chismes siempre activo, no tardó en acercarse a mi escritorio con una sonrisa traviesa. -Clari, ¡esto es mejor que una telenovela turca! ¿Desde cuándo conoces a la suegra? ¡Que buen giro de guion! -¡Dani, por favor! ¡No es mi suegra! - exclamé, sintiendo un leve rubor en mis mejillas. - La ayudé esta mañana cuando se cayó cerca del edificio. Fue una coincidencia total, te lo juro. -¡Uy, qué puntería la tuya! Y el jefe parecía… bastante… ¿conmovido?
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Capítulo 26
Elena suspiró profundamente, como si liberar ese aire cargado de recuerdos le costara. Su mirada se perdió por un instante en la nada, evocando fantasmas de un tiempo pasado. -Sofía siempre fue… una muchacha llamativa. Le gustaba ser el centro de atención, desde joven. Ricardo era un chico bueno, sencillo, muy enamorado de ella. Pero Sofía… siempre tuvo ojos para Maximiliano. Él era el exitoso, el que tenía el futuro asegurado. Ricardo era más… tranquilo, conformista. Hizo una pausa, tomando un sorbo de su café ya frío. -Hubo… incidentes. Nada grave, quizás solo la perspectiva de una tía protectora. Pero recuerdo miradas, comentarios… una intensidad en la forma en que Sofía miraba a Maximiliano que no era propia de una amiga de la familia, ni siquiera de la novia de su mejor amigo, peor aún de su primo. Maximiliano siempre fue caballeroso, distante en ese sentido. Pero Sofía era persistente. Su tono se endureció ligeramente. -Luego se casó con Ricardo. Todos pensamos que esa
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Capítulo 27
La distancia fría que había mantenido con Maximiliano tras su extraña reacción al agradecimiento de su madre se había convertido en la nueva normalidad en la oficina. Apenas cruzábamos palabras que no fueran estrictamente necesarias para el trabajo, y la tensión palpable entre nosotros era un recordatorio constante de la complejidad de nuestras acciones. Por mi parte, seguía con la observación discreta de su dinámica con Sofía, tal como Elena me había pedido, aunque un creciente malestar me invadía. Sentía que estaba traicionando la confianza de mi jefe, actuando a sus espaldas, y la falta de cualquier indicio sospechoso solo intensificaba mi incomodidad. Quizás Elena se equivocaba, quizás yo estaba interpretando mal. Los días transcurrieron sin incidentes notables en la relación entre Maximiliano y Sofía. Sus interacciones parecían profesionales y cordiales, pero nada que gritara secreto o manipulación. Una tarde, mientras Daniela y yo estábamos e
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Capítulo 28
Maximiliano La conversación de Clara con Andrés al final de la tarde se quedó grabada en mi cabeza como un eco molesto. Escuché claramente a Andrés mencionar "La Fontana" a las ocho. Un escalofrío me recorrió la espalda. ¿Una cena? ¿A solas? La imagen de ellos dos juntos, disfrutando de una velada que yo no compartiría, me generaba una punzada de celos que no quería admitir.Me quedé en la oficina, revisando papeles sin verlos realmente. No sentía rabia hacia Andrés; él siempre había sido así, encantador y sociable. La rabia era contra mí mismo. ¿Por qué no había sido más sincero con Clara? ¿Por qué había dejado que esta distancia creciera entre nosotros? La idea de que mi propio hermano pudiera estar cortejándola, ofreciéndole una atención que yo no le había dado, era insoportable.Durante una tortuosa media hora, me debatí entre la razón y el impulso. La razón me gritaba que no tenía derecho a entrometerme, que Clara era libre de hacer lo que quisiera. Pero el impulso era una fuerz
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Capítulo 29
Andrés se despidió con una sonrisa amable, dejándonos solos en la acera. El silencio que cayó entre Maximiliano y yo era denso, cargado de una incomodidad palpable. Su mirada se posó en mí, una mezcla de expectación y algo más oscuro que no pude descifrar. Yo solo quería escapar, alejarme de su presencia confusa y de la agitación que su cercanía siempre provocaba en mí.-Gracias, señor Ferrer - dije, manteniendo una distancia física y emocional. - Pero prefiero irme caminando. El aire fresco me vendrá bien. Además es una noche muy bonita.Su rostro se contrajo ligeramente, mostrando sorpresa y una punzada de decepción.-¿Caminando? Tu casa no está muy cerca Clara y es tarde. Por favor, insisto, te llevo en un momento.Negué con la cabeza suavemente, aferrándome a mi decisión como a un salvavidas.-De verdad, estoy bien. Necesito un poco de tiempo para mí. Que tenga buena noche, señor Ferrer.Sin esperar una respuesta, me di la vuelta y comencé a caminar, sintiendo su mirada pesada en
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