Melisa-- No puedo creer que fueran ellos – dije aún con la voz temblorosa, mientras me apresuraba a caminar al lado de Jenny, con mi pequeño Bastián corriendo de mi mano y con Felipe detrás de nosotros, más confundido todavía, cargando esa bolsa con el algodón dulce que le compró a mi pequeño.-- Eran ellos, Mel – me dijo Jenny, con la voz firme pero suave. -- ¿Estás bien? – me preguntó y negué con la cabeza sin saber si debía reír o llorar.Claro que no estaba bien, nunca pensé en como sería ese reencuentro, mejor dicho, si lo pensé. Incluso hasta lo imagine un par de veces, pero no se parecía en nada a lo que ocurrió.Había pasado todo un mes construyendo una especie de escudo alrededor de mí. Un mes reprimiendo recuerdos, esquivando emociones, fingiendo que todo lo ocurrido cinco años atrás había quedado en el olvido, pero sabía que las cosas no serían como en un cuento de hadas, había huido de Sebastian Novak con su bebé en mi vientre y ahora ese par de adorables ancianos me habí

Todos observaban la pantalla emocionados, Sebastian pidió que continuaran proyectando, quería ver a su hijo un poco más, pero verlo hablar, moverse... de pronto algo que vio no le gustó.La llegada de Felipe era el mismo hombre que había visto con Melisa y el pequeño, el mismo que él pensó sería el esposo de aquella mujer que acompañaba a Melisa.-- ¿Quién es él? – preguntó y ni doña Cata ni don Santiago pudieron responder y no era porque no quisieran, sino que de verdad no tenían idea de quien era él.-- ¿Dónde se fueron? ¿Vieron hacia dónde iban? – preguntó el presidente Novak una vez que desaparecieron de la pantalla. Quería seguir revisando cámaras, ver a melisa frente a él, pero sus abuelos lo miraron son seriedad.Habían encontrado al dueño del osito y ahora que sabían que era de su hijo, debían continuar.-- Vamos ya hijo. Estos hombres tienen que trabajar – dice su abuelo.Sebastian se dio cuenta de la forma como estaba actuando, lo hizo igual cinco años atrás, volviéndose desp

Melisa asintió. Sabía que tenía razón. Bastián había comenzado a preguntar con más insistencia por su padre. Le hablaba del “trabajo en el exterior”, como le habían dicho. Pero ya no bastaba. Era brillante, sensible, y muy observador. Pronto sabría que su madre le ocultaba algo.-- No me asusta su reacción. Me asusta lo que sentí cuando supe que estaba tan cerca – le confesó Melisa en voz baja. -- El corazón me latía como si... no sé cómo la verdad –-- ¿Cómo si lo hubieras extrañado más de lo que imaginaste...?, ¿cómo si te hubieras dado cuenta de que huir no fue la solución? O ¿Cómo si te dieras cuenta de que lo amas de verdad? – Jenny la miró sin juzgarla.-- ¿Pero no es así?... yo no amo a Sebastian, ¿Cómo hacerlo? Solo fueron unos pocos meses los que estuve con él, y la mayor parte fue preparando mi renuncia. Además, estaba Francisco en ese momento – le dijo tratando de convencerse a sí misma, más que a su amiga.-- Di todo lo que quieras Mel, pero para amar a alguien no necesita

Ella era la dueña. Ella había estado allí, todo el tiempo. Y lo había ocultado.Pero ya no.Ahora que lo sabía, solo quedaba un paso.Buscarla, escucharla y exigir respuestas.Esa misma tarde Melisa estaba de pie en la suite presidencial del mejor hotel de la ciudad, frente a ella tenía el vestido que debía usar en la boda de su amiga Jenny. Solo hace unos momentos estuvo en el piso principal recibiendo los arreglos florales, le había prometido a su amiga ayudarla con todo y eso era lo que estaba haciendo.Todo iba según lo planeado.Excepto su corazón, el cual se aceleraba sin motivo.Melisa tuvo que bajar para revisar el menú, lo había hecho dos veces antes, pero estaba tan nerviosa como si ella fuera la novia, quedarse en su suite solo empeoraba su estado de ánimo, además su pequeño había sido llevado por Jenny para jugar con los sobrinos de su futuro esposo.Los arreglos florales ya estaban organizados, la orquesta había confirmado su llegada y el menú había sido revisado por terc

Varios minutos después comenzó a sonar una melodía, era la señal para que el novio ingrese con la madrina, en este caso Cesar Montalvo ingresaría con la dama de honor... Melisa Hart para todos los presentes.-- ¿Lista? – le preguntó el novio doblando su brazo para que Melisa colocara su mano sobre él.-- Eso debería preguntarte yo a ti señor Montalvo, o debería decir señor Ocampo – él sonrío agradecido, el comentario de Melisa lo ayudo a relajarse, aunque sabía que a partir de este momento sería definitivamente posecion de Jenny Ocampo para siempre, y por siempre... todo él para su esposa...-- Te ves muy bien Cesar, estoy segura que todo saldrá de maravilla –-- Gracias Melisa, en serio no sé qué habría hecho sin ti. Puedo ser un empresario sumamente exigente, y mis empleados incluso me temen, pero en este momento muero de los nervios – ella sonrío, pero su mente estaba en otro lugar. Sabía que Sebastián estaría presente y la posibilidad de enfrentarlo después de tantos años la tenía