Capítulo 59. Cinco malditos años perdidos.
Sebastián avanzo hacía su auto, el rompecabezas había tomado forma y debía repetirlo para intentar comprenderlo mejor.
-- ¡Bingo! – soltó Sebastián, golpeando levemente la puerta de su auto. Sus ojos brillaron con determinación.
La única persona que pudo haber viajado ese día con los documentos de Melisa era su amiga Jenny. Lo cual solo significaba una cosa: Melisa nunca salió del país donde realizó la escala.
-- Se quedó en Bogotá – concluyo por tercera vez en voz alta. Debía repetírselo para creerlo.
-- Por eso nadie pudo encontrarla. Por eso nunca se registró en Ciudad de México con su propio nombre –
Daniel asintió con gravedad.
-- Y ahora… está aquí porque su amiga se casa. Pero ¿sabrá ella que tu también estas invitado a la boda? –
Sebastian abrió la puerta del auto con renovada energía.
-- Prepárate Daniel, porque tenemos una boda –
-- ¿Con invitación? – bromeó Daniel, levantando la tableta con la invitación, intentando aliviar la tensión. Sebastián se giró, y por primera vez e