Narrador. En lo más profundo del bosque, lejos de toda civilización, había una mansión que pertenecía a la reina vampira de un clan que se formó hace algunos años. Scarlet se mordió una uña con frustración al ver que su hija tardaba tanto en recuperarse, era la primera vez que la dañaron tanto. Pasaron semanas desde su reencuentro con Kael, y Samanta estaba inconsciente en una cama.—He gastado toda mi magia en ti, Samanta, no puedes morir o quedar en coma, te lo prohíbo —masculló, con los dientes chocando. Su hija adoptiva la escuchó por arte de magia. Después de semanas de esfuerzo para aumentar la regeneración en la loba, por fin despertó y la miró con el ceño fruncido, sin saber qué sucedió. Samanta despertó confundida, incluso explorando el lugar con sus ojos porque no recordaba muy bien su propia habitación. —¿Madre? —inquirió, le pesaban los ojos—. ¿Qué ha pasado? —¡¿Todavía tienes el descaro de preguntarme eso?! —Estaba furiosa porque Samanta actuó por su cuenta. Scarle
Leer más