EmilyEl dolor me atravesó como una lanza de fuego, arrancándome un grito que resonó en toda la habitación. Mis manos se aferraron a las sábanas con tanta fuerza que mis nudillos se tornaron blancos. Sentía que mi cuerpo se partía en dos."Respira, Emily, respira," la voz de Christopher sonaba cerca de mi oído, firme pero teñida de preocupación. "Estoy aquí, no me voy a ninguna parte."El sudor me empapaba la frente y el cabello se me pegaba a la cara. Otra contracción llegó, más fuerte que la anterior, y sentí que el mundo se desvanecía a mi alrededor. Treinta y cinco semanas. Los trillizos habían decidido llegar antes de lo previsto, y aunque los médicos me habían advertido que era común en embarazos múltiples, nada me había preparado para esto."Necesito que empujes ahora, Emily," indicó la doctora Ramírez, su rostro una máscara de concentración profesional. "El primer bebé está en posición."Reuní todas mis fuerzas y empujé, sintiendo cómo mi cuerpo se tensaba hasta límites insosp
Leer más