Christopher
La lluvia golpeaba con furia contra los cristales de mi despacho mientras revisaba los últimos informes financieros. El reloj marcaba las once de la noche y la casa permanecía en silencio, excepto por el ocasional crujido de la madera antigua. Emily dormía desde hacía horas; el embarazo de los trillizos la agotaba cada día más.
Froté mis ojos cansados y me serví otro whisky. Las cifras comenzaban a bailar frente a mí, pero no podía dejar de pensar en la amenaza que había recibido esa mañana. Un sobre sin remitente con una fotografía de Emily saliendo del médico y una nota escrita a mano: "Sabemos lo que escondes. Pronto lo sabrá ella también".
Había decidido no contárselo. ¿Para qué preocuparla en su estado? Pero la inquietud me carcomía por dentro. ¿Quién podría estar vigilándonos? ¿Qué pretendían?
Un ruido sutil me sacó de mis pensamientos. Al principio pensé que era el viento, pero luego lo escuché de nuevo: un crujido diferente, como si alguien intentara forzar una ven