LUCAEl amanecer se filtraba por las cortinas de la habitación cuando abrí los ojos. Bianca dormía plácidamente a mi lado, su respiración acompasada y tranquila, como si por unas horas hubiera olvidado quién era, quiénes éramos nosotros. Su cabello negro se esparcía sobre la almohada como tinta derramada, y su piel pálida brillaba con los primeros rayos del sol.Me incorporé con cuidado para no despertarla. Observé las cicatrices en mi torso, marcas de batallas pasadas, recordatorios de mi vida al servicio de otros. Siempre había sido un soldado, un ejecutor, un hombre que cumplía órdenes. Primero para la familia De Luca, luego para los Moretti, después para mí mismo y mis propios fines de venganza.Pero ahora, mirando a Bianca dormir, comprendí que algo fundamental había cambiado en mí.Ya no era solo un objetivo, una pieza en mi tablero de ajedrez. Era mucho más. Era la mujer que había desarmado todas mis defensas, que había encontrado grietas en mi armadura donde ni yo sabía que ex
Leer más