Regresaron a casa como cualquier matrimonio, aparentando normalidad. Elizabeth acababa de entregarlo, pero se comportaba como si nada estuviera ocurriendo. Ante la presencia de Xavier, parecía olvidar por completo quién era en realidad.Apenas abrieron la puerta, los niños corrieron hacia ellos. Sin embargo, ambos se lanzaron primero sobre Xavier, dejando a su madre en un segundo plano por un instante.—¡¡Papi!! —gritaron al unísono. Luego de que él los saludara y abrazara con calidez, se acercaron finalmente a Elizabeth.—Mis amores, ¿cómo están? —preguntó Xavier, besándoles la cabeza. Los pequeños, felices, le contaron que estaban haciendo sus deberes escolares.Eithan tomó de la mano a su padre, mientras Emma hizo lo mismo con su madre, guiándolos hasta la mesa de centro en la sala.—Papi, mami, nos dejaron unas actividades familiares. Necesitamos su ayuda —dijo Emma, señalando unos papeles de colores sobre la mesa. Eithan, a su lado, asintió con entusiasmo.—Los padres deben ayuda
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