VERONICA.—Hola, Verónica —dijo Bruno, su voz baja y controlada, pero con un tono de desagrado—. ¿Quién es... este? —La forma en que dijo "este" me hizo sentir incómoda, como si Azael fuera algo desagradable.—Este es Azael, un amigo —respondí, intentando sonar natural.Bruno asintió brevemente, su mirada recorriendo a Azael con desdén. Azael, sin embargo, se levantó y extendió la mano, sonriendo.—Mucho gusto —dijo, pero Bruno no respondió, simplemente ignorándolo.El silencio que siguió fue incómodo y pesado. Bruno se quedó allí, con una expresión ilegible en su rostro, mientras Azael y yo nos mirábamos nerviosamente.—Ya puedes irte —dijo Bruno finalmente, con un tono de voz que parecía una orden, sin siquiera mirar a Azael.Azael se quedó sorprendido, y yo me sentí incómoda por él.—Bruno, no tienes que ser tan grosero —le dije, intentando defender a mi amigo.Bruno me miró, su mirada intensa y desafiante.—No estoy siendo grosero, estoy siendo directo —respondió, su voz baja y co
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