VERONICA
Me follaba muy duro, sin contemplaciones ni pudor.
—Amo—no podía ver, pero si sentir su forma descomunal de darme como si quisiera desbaratarme.
—Siénteme Vero, siente a tu amo partirte en dos—lo hacía, cada centímetro de su polla me invadía y provocaba temblores internos que me tenían con la mente perdida.
No podía verlo, pero Me sentí nerviosa cuando presentía sus ojos en mi, como si pudiera ver más allá de mi exterior. Su mirada era intensa, me hacía sentir vulnerable. Me pregunté qué estaría pensando, si estaría viendo algo que no quería mostrar. Mi corazón latió un poco más rápido, sentí un cosquilleo en la piel. Me gustaría saber qué pasaba por su mente cuando me follaba de esa forma.
Intenté mantener la compostura, pero sentí que mis manos temblaban ligeramente mientras trabajaba mentalmente. Su presencia en la habitación parecía llenarlo todo, y me sentí pequeña en comparación.
Sinceramente, no se si él notaba mi nerviosismo, si se daba cuenta de que estaba tratando d