Todos os capítulos do LOS HEREDEROS DE LA MAFIA. Legado de la mafia.: Capítulo 101 - Capítulo 102
102 chapters
Capítulo 101. Lo que no pueden romper.
Trina.Mi actitud inquebrantable, los llenaba de odio, por eso uno me pateó por la espalda. Otro me arrastró por los tobillos hasta una esquina húmeda de la sala. Me ataron con las manos a la espalda, de rodillas, con la frente pegada al suelo.Y entonces lo escuché entrar.Seamus.Pasos lentos. Como si viniera a ver su obra de arte.—Te ves peor que una rata mojada —dijo, con esa sonrisa de mierda en el rostro.—Tú también —respondí apenas, levantando la mirada.—¿Todavía tienes fuerzas para hablar?—Y para escupirte en la cara otra vez —le prometí.Seamus se agachó frente a mí.—Dominic tendrá que hacer lo que digo, si quiere verte… lo tengo atado de manos e inutilizado porque tengo a su zorrita. Después de todo, no es tan poderoso como se cree —dijo, disfrutando de lo que estaba haciendo.—Reconoce que lo envidias, solo quieres ser como él… pero te tengo noticia, no lo vas a doblegar, porque no soy importante para él… pierdes tu tiempo, irlandés, pero que se iba a esperar de un hom
Ler mais
Capítulo 102. La crueldad de los Petrov.
ElizavetaCuando abrí los ojos, la luz era débil. Había humedad en las paredes, olor a orina vieja y metal oxidado. El suelo era de concreto, las paredes transpiraban humedad.Estaba en una celda subterránea. Encadenada de pies y manos. Los tobillos unidos con grilletes. El cuello con un maldito collar de castigo. Las cadenas que me sujetaban las muñecas parecían haber sido forjadas para esclavos. Porque eso era lo que ellos querían que fuera: una esclava, una prisionera rota, una basura sumisa.Era como estar de regreso en el infierno. Aunque esta vez sin ninguna promesa de escape.Me dolía la cabeza. Tenía sangre seca en la frente. Pero nada de eso me importaba. El mundo era gris, hediondo, putrefacto. Y yo era solo una sombra hundida en el rincón más oscuro del infierno.No sabía cuánto tiempo había pasado desde que me arrojaron en aquella habitación helada, sin ventanas, sin relojes, sin voz. Seguramente querían romperme, lo que no sabían es que ya yo estaba rota… si tuviera una o
Ler mais
Digitalize o código para ler no App