Todos os capítulos do La falsa esposa del Billonario: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 30: Sentirse en casa
BLAIRConfiar en un desconocido era complicado, pero mentiría si dijera que eso era lo único que ocupaba mi mente.Los niños se despertaron y me puse a jugar con ellos. Eran chicos muy entretenidos y curiosos que no temieron preguntar si sería la esposa de su «tío Dom», a lo que tuve que dar algunas evasivas.Dominik llegó a eso de las seis, se veía normal, y cenamos con calma. Tras la cena jugué un rato con Ray y sus «amiguitos», pero al ver de nuevo el ambiente sentí una pesadez enorme en el pecho que no supe cómo identificar.¿Eran sus risas?Tuve que levantarme de la alfombra y me encogí un poco en mí misma.—Blair, ¿te sientes bien? No tienes muy buena cara —murmuró Hannah con gesto preocupado.Eso atrajo la atención de los demás, que me miraron curiosos. Probablemente todos menos Dominik sabían que no me encontraba bien desde la tarde.Negué con la cabeza.—No, no… estoy bien, no te preocupes. —Le di mi mejor sonrisa, aunque estuviera un tanto apagada—. Solo me dio un poco de ma
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Capítulo 31: Esa sensación
BLAIREnvuelta en la bruma de mis sueños sentí sus caricias, y por un momento deseé que fuera real, porque me parecía perfecto.Medio despierta, las caricias a mi costado eran suaves, afables y llenas de un cariño que cualquiera pensaría no podía ser fingido. Quizá él sí sentía algo por mí, aunque no de la misma manera que yo lo hacía.¿Cómo me sentía hacia él?Tras removerme esa mañana me recibió su sonrisa, su tacto suave, sus besos relajados, sus caricias por todo mi cuerpo, sus preguntas de si me sentía bien, si estaba mejor, su promesa de ir a comer más tarde los dos solos, de tener una cita porque los novios tienen citas, de salir con Ray porque quería hacer turismo con el niño.De no saber que lo nuestro era solo un negocio me la habría creído.Una parte mía quería creérsela, porque eso significaría el cariño que se me había negado hasta ahora.El itinerario de la mañana sugería que los novios, sus padrinos y las parejas de estos debían asistir a una clase de baile para definir
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Capítulo 32: Una canción
BLAIRLa rara combinación entre un restaurante familiar y la elegancia era extraña, pero aquí estábamos. Dominik le pidió su auto prestado a Cameron, y bajamos a la ciudad para cenar con los Engel.Íbamos los tres solos en el auto, pues Andrew y Hannah estaban llenos con su familia, un poco más adelante, y sentía que me sudaban las manos.Él había dicho que su padre era un tipo duro… ¿y si yo no le gustaba? Debía fingir que éramos pareja, que todo iba bien entre nosotros. Esta era mi prueba final, lo que determinaría que el abuelo obtuviera los negocios que quería, y tenía miedo.Apreté los labios y oí un respingo.—Tranquila. Les vas a caer bien. Solo tienes que ser tú misma, no necesitas fingir.Ray dijo algo sobre dibujar una letra en su mano para relajarse y resoplé. Los dos hombres en el auto iban muy tranquilos. Yo era la única loca.Dominik aparcó, y salimos del auto con Ray de la mano, todos con atuendos semiformales.—Hoy es tu gran debut, Blair. Tranquila, todo saldrá bien.
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Capítulo 33: El día de la boda
BLAIR—¿Qué tal? ¿Te gusté? ¿Te enamoraste de mí tras escuchar mi hermosa y melodiosa voz?Al terminar los aplausos, Dominik se levantó del piano y salimos entre nuevos vítores del restaurante, fue entonces cuando se acercó a mí y me soltó aquello.Arrugué la cara por sus palabras.—¿Eh? ¿Es que te crees John Legend o algo así? Que sepas que no le llegas ni a los talones. —Tiré la vista a otro lado.Él me agarró enseguida de la cintura, lo que me sorprendió porque estábamos todos ahí, y encontré su mirar pícaro y oscurecido sobre mí en un segundo.—No necesito ser John Legend para volverte loca, Isi. Me basta con un besito por aquí, una mordidita por allá y…—¡Aaaah, haré como que no te estoy escuchando! —espeté y me salí de su abrazo al segundo para agarrar la mano de Ray—. Vamos, Ray, vamos al auto. Tu tío Dominik enloqueció y necesitamos protegernos.Ray parecía divertido, y la audible risa de Dominik me dijo que le había dado justo lo que buscaba. En ese instante vi a los demás, q
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Capítulo 34: Ahora no
BLAIR¡No se alejó! ¡Maldita sea, maldita seaa!Apreté los labios, me di media vuelta, me saqué las sandalias y salí de ahí. La cabeza me zumbaba y me daba bailaba, en parte por culpa del alcohol, en parte porque estaba tan furiosa que no podía conmigo misma, pero fui directo al cuarto, ignorando a las personas del servicio que trabajaban en el turno de la noche por la fiesta.El día más feliz en la vida de unos podía ser un desastre para otros.¡Esa zorra desgraciada!Apreté los labios y luego solté un fuerte resoplido. Me metí al cuarto, me quité el vestido y sentí ganas de vomitar, pero fui al baño y no me salió nada. Me metí a la ducha, y nada más caerme el agua tibia sentí que mi mundo se iba a la mierda.Apreté los labios, pero fue imposible. Un tremendo sollozo se me escapó de la garganta, y para cuando me di cuenta estaba llorando. ¿Por qué lloraba por ese estúpido o por la idiota de Nicole? No debía, ¿verdad? No estaba bien, no era sano, no era realista.Pero ahí me hallaba y
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Capítulo 35: La carta
BLAIRLlegué al cuarto y busqué una tijera para abrir el sobre de encomienda, y descubrí en su interior un sobre de manila. Lo abrí y encontré una carta escrita a computadora.—«Señorita Acy-Rymer, espero que esté leyendo esto en soledad, aunque quizá no debería estar demasiado sola, pues podría ser peligroso» —leí y fruncí el ceño—. ¿Por qué dice algo así?Sin embargo, seguí leyendo.«Espero que no se extrañe de recibir esta carta, y estoy seguro de que se preguntará cómo sé que está donde está. Bueno, cualquiera que vea la televisión se daría cuenta. Al verla decidí enviarle esto porque me dio la impresión de que vive en una burbuja que no es sana».Arrugué la cara. ¿Una burbuja que no era sana?—¿A qué se refiere?Bueno, todo esto era raro, pero mi sentido de la curiosidad me hizo querer seguir leyendo.«Algo más de quince años atrás, usted se encontraba de vacaciones con sus padres en Costa Rica, era verano y los tres estaban muy emocionados, pues habían pasado mucho tiempo separa
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Capítulo 36: Una casualidad
CONRADUn buen hombre de negocios era consciente de que la vida personal era tan o más importante que la profesional a la hora de conseguir estabilidad o proyectos a futuro. Por eso resultaba crucial equilibrar las cosas, por eso orillé a mi nieta a acercarse a Dominik Engel.Kristen quizá era un caso perdido, era mi hija y la amaba, pero como hombre de negocios reconocía cuando una mujer tenía el potencial de hacer grande a su familia. Y ella no era una de esas.Bueno, no era una Rymer a fin de cuentas, solo una chica adoptada por lástima a su madre.Pero Blair estaba distinta estos días, distante, y llevaba así desde que volvió de Hiraeth. Por entonces pregunté si pasaba algo entre ella y Dominik, pero lo negó. Estaba cerrada, recordándome a su madre por su lado hermético. Entonces pensé que lo mejor era hablar con Dominik, razón por la que le pedí a Blair que viniera a cenar con él esa noche.Como esperaba, ella estaba muy metida en sí, y él parecía tranquilo.—Señor Rymer, gracias
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Capítulo 37: Dejarse ayudar
BLAIREn medio de un día de trabajo duro, recibí un mensaje de Dom que me sacó una sonrisita: «¿Estás libre en la tarde? Vayamos a cenar a un lugar bonito».Por supuesto que le dije que sí y seguí con lo mío. Cerca de las seis me acerqué al aparcamiento y lo encontré esperándome cerca de la salida con una sonrisa. Toda la empresa sabía que estábamos saliendo, pero manteníamos una sana distancia en el entorno laboral.—Buenas tardes, señorita Blair. ¿Nos vamos?Me tendió la mano y no pude evitar mirarlo con curiosidad.—¿Por qué estás tan animado? —inquirí y la tomé.Ambos caminamos por el aparcamiento, rumbo a su auto, y suspiró.—Solo estoy contento de salir con mi novia, ¿no puedo? Hice una reservación en un lugar bonito con buena comida. —Sonrió y apretó mi mano.Demasiado afable. Era una locura.Me abrió la puerta del auto y entré curiosa. Lo rodeó y, mientras lo veía con una sonrisa, me di cuenta de que Benjamin se acercaba a su propio vehículo, y por supuesto que nos vio. Yo fin
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Capítulo 38: Extraña confesión
BLAIREn medio del paraíso de la negrura en el que me envolví, sentía que flotaba en medio de la nada, como si estuviera en control de mi ser, tanto que dejé de sentir sus caricias y solo estuve yo.—¿Puedes ir al pasado ahora? —escuché una voz algo lejana y me di cuenta de que era Dominik.—Sí.—Entonces piensa un poco en tu cumpleaños número quince. ¿Qué hiciste ese día?No fue como en las películas. Mi realidad no se trasladó de inmediato ahí, sino que seguí en el mismo espacio negro, pero me encontré accediendo con claridad a mis memorias.—Me bebí dos cervezas en casa de Grace. Se las robamos a su padre… Sabían asqueroso, pero las tomamos igual.—¿Te sentiste mal luego?—Vomité. No volví a beber cerveza desde entonces. Hasta hace poco.El silencio invadió nuestra comunicación, y comencé a sentir de nuevo un ligero masaje.—Y qué pasó en tu cumpleaños número trece?—Fue el primero sin mamá y papá. Me quedé en mi cuarto, no quería hablar con nadie y ni siquiera fui a la escuela. Pe
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Capítulo 39: Un poco egoísta
DOMINIKPara ser franco, de verdad franco, nunca había tenido sexo con nadie de la forma en la que lo acababa de hacer en la vida, y sabía que eso era un problema. ¿Pasión? ¿Lealtad? ¿Cariño? ¿Afecto real? ¿Una mentira? Miles de cosas rondaban mi cabeza, pero por alguna razón todo eso se fue a la mierda apenas verla.Ella dormía profundamente, como una soldado tras terminar una faena agotadora. Y vaya que nos habíamos divertido. Yo mismo estaba muy pegostoso y maloliente, pero no tenía ni las más mínimas ganas de ducharme.El cuarto olía a sexo y una sonrisa boba pintó mis labios.Espera, no. No podía sentirme así, no había venido a este lugar a encapricharme con nadie, mucho menos a tener un romance, pero era solo verla y que todo eso se fuera al carajo. ¿Por qué demonios me pasaba esto a mí?Solté un fuerte suspiro y ladeé la cabeza. En algún momento entre la conveniencia y las ganas de fastidiarla se me metió entre ceja y ceja, y ahora parecía tener el mando de mi racionalidad.¿A
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