40. Latidos
Aquel beso no fue suave, ni urgente, pero fue profundo develando una serie de sentimientos que solo habían experimentado con el otro, como si estuvieran sellando el amor desesperado, que sentían uno por el otro.Polina sintió que todo el miedo que antes la había sacudido, ahora se disipaba con la presión de los labios que la reclamaban como suya y su cuerpo entero se relajó comprendiendo que solo entre los brazos de Marco estaba a salvo.Él se entregó también a aquella boca por la que era capaz de matar o morir.Cuando ambos necesitaron aire se apartaron, Marco la miró tan fijamente haciéndola sentir tímida por un momento.—Promete que ante nuestro bebé, este fue el momento exacto en el que te dije que ibas a ser papá otra vez.Marcó por primera vez en horas, soltó una risa ronca.—¡Promételo!—De acuerdo, lo prometo, cálmate —habló él sin dejar de mirarla—. Lo único importante que es que los dos están bien y no pienso volver a perderlos de vista nunca más.Polly sintió que su piel se
Ler mais