–¡Carajo! –ruge Liam, lanzando una silla contra la pared con una furia apenas contenida. – ¡Lo estamos siguiendo desde que puso un pie fuera de esa maldita casa! Teníamos un rastro claro, firme… y ahora, de la nada, se esfuma. Como si nunca hubiera estado allí. ¡Nos traicionó, Sophie! Sophie se pone de pie con lentitud, con esa calma forzada que adopta cuando todo parece desmoronarse. –Liam, basta. No sabes si es así. No todavía –dice en voz baja, aunque por dentro su propia ansiedad comienza a quebrarla. – No podemos sacar conclusiones solo porque el rastro se enfrío–¿Qué no lo sabemos? –replica él, acercándose hasta quedar a un palmo de ella, con los ojos inyectados y la mandíbula trabada. – ¡Sophie, maldita sea, uní los malditos puntos! Primero desaparece sin explicación, sin dejar más rastro que una sombra en la noche. Después, regresa como si nada, fingiendo culpa, implorando perdón…–Hace una pausa, apretando los puños. –Y ahora… justo ahora, cuando el chip que nos daría la l
Leer más