Faltando un día para la boda, Adriel Meier recibió una visita inesperada en su oficina. Se trataba de Fabián Arison, su futuro suegro y amigo cercano de sus padres.Al tratarse de un hombre mayor y una figura de respeto, el joven asintió con solemnidad y lo invitó educadamente a sentarse.Actualmente, se encontraban en la empresa de su madre, donde trabajaba liderando la misma, en vista de que su progenitora pensaba jubilarse y cederle toda la responsabilidad pronto.Siempre había sido un joven inteligente y destacado en sus estudios académicos, razón por la cual, sus padres confiaban plenamente en su criterio y no se atrevían a cuestionar ninguna de sus decisiones. Como, por ejemplo, fue el caso de su compromiso con Jade Arison, una amiga cercana de la familia y casi una hermana desde la perspectiva de ellos.Pero lo que no sabían sus padres era que él nunca había visto a Jade como tal.Ella no era su hermana.Ella era la mujer que se convertiría en su esposa y la futura madre de sus
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