88. UN HOMBRE DE INVIERNO
LAVINIA«Mi mundo dio vueltas sin parar, sería una ilusión, pero las sensaciones las vivía a flor de piel.Caí en un bosque salvaje, al lado de Drusilla, y cerca estaba ese lycan. Miraba como ellos, desde la colina, al continente salvaje y atrasado, donde los hombres lobo apenas despertaban su consciencia. No eran iguales a la civilización dejada atrás, ellos se veían más primitivos, más cercanos a los lobos, ignorantes, como niños inocentes, y los dos forasteros se aprovecharon de eso. Drusilla y Eryon enseñaron sus conocimientos, siendo idolatrados, cubriéndose de una capa de misterio y poder, de control sobre este continente. Vi a Eryon edificar su palacio y proclamarse Rey Lobo; su forma lycan intimidaba a los habitantes de este reino que aún no habían evolucionado a esa transformación.Solo existía la forma básica del cambio de forma. Drusilla se convirtió en la primera sacerdotisa, venerada por sus conocimientos que para ellos eran milagrosos. Esta parte del continente dond
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