CAPÍTULO 67 AMOR Y REDENCIÓNZahar…No sé cuánto tiempo había pasado, podían haber sido horas o minutos, no importaba. El cuerpo me ardía, cada músculo temblaba, mis labios estaban hinchados de tanto besarlo, y mi garganta seca de tanto gemir. Estaba exhausta, rendida contra las sábanas frías, pero Kereem seguía allí, rodeándome, marcándome con cada roce y con cada respiración.Su brazo pesado descansaba sobre mi cintura, pero su mano no dejaba de moverse. Primero acariciaba mi vientre, luego subía a mis pechos, después bajaba otra vez, como si necesitara comprobar una y otra vez que yo seguía ahí, viva, caliente y suya.—Duerme —susurré con la voz gastada, apenas un murmullo intentando acariciar su rostro, que se veía precioso.—No puedo —contestó ronco, con los labios pegados a mi cuello—. No después de lo que pasó esta noche.—Kereem… —Cerré los ojos, sonriendo débil—. Me vas a matar.—Ese es el punto —gruñó, mordiéndome el hombro suavemente—. Que mueras y renazcas en mis brazos to
Ler mais