- ¡Sal zorra de porquería!, ¿O es que acaso tienes miedo de enfrentar la realidad Casandra?, ¡Dorian es mi marido y tú la amante!, ¡La zorra pusilánime que se le ha metido por todas partes!. Dafne bajó los escalones de prisa y avanzó por la entrada, haciendo resonar sus tacones en las piedras talladas que formaban el camino, al oír los gritos esquizofrénicos de su madre. - Señora: calmese por favor.- Uno de los hombres de seguridad, la tenía sujeta de los brazos. Caliope estaba fuera de sí. Estaba desaliñada, con la ropa sucia, el cabello enmarañado y una botella de alcohol en la mano. - ¡Todos ustedes son unos imbéciles!, ¡Nunca serán felices!, ¡Nunca!. ¡Y ustedes sueltenme malditos idiotas!, ¿Qué acaso no ven quién soy?, ¡Soy Caliope Lamprou, la madre de su jefa y los puedo poner de patitas en la calle si se me da la gana!. - ¡Ya basta mamá!.- El grito de Dafne hizo eco en el lugar.- Comportate o les ordenare a los de seguridad que te saquen ahora mismo de mi propiedad.- La rubi
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