Cita y más

A la mañana siguiente 

Karina

Será que lo vuelvo a ver, lo busco con la mirada entre las personas que se dirigen al ascensor, tal vez ya subió, no puedo esperar más, voy a llegar tarde, ingreso al ascensor sin ganas, me digo a misma es mejor, van ingresando las personas está por cerrarse y de pronto alguien lo detiene y es él, sonrió como una tonta, tratando de disimular, me doy cuenta que se va acercando a mí.

–hola- me dice con una enorme sonrisa tatuada.

–hola ¿cómo te fue en tu primer día de trabajo? – le pregunto,

Lance

Justo cuando pensé que perdía el ascensor se detuvo y allí estaba ella, sonrió como un tonto al verla, me pregunta por mi día, bien es lo único que le digo.

Estoy hipnotizado, no logro hablar me sacudo mentalmente has algo me reclamo por dentro.

–¿cómo te llamas? yo me llamo... –

–no debería hablar con desconocidos-

–¡es en serio! no soy un desconocido, ayer nos vimos, que tal si te invito a salir y nos conocemos un poco- le propongo.

 –no lo creo ¿no debes bajar ya? ¿este es tu piso? ¿no? –me niega con la cabeza.

–¿sal conmigo? podemos cenar, lo que tu prefieras un trago, un café lo que sea- le insisto.

La gente comienza a decir si voy a bajar o no porque tengo detenido el ascensor, todos alrededor reclaman, una señora dice -dile al guapo que sí, vamos chica-

Karina 

Todos me miran, esperando mi respuesta me alientan

–está bien, mañana a las 8:00 en el café de la esquina- entonces él sonríe triunfal.

–tenemos una cita– me dice sonriendo.

Lance 

–buen día ¿cómo estas cuñado? necesitamos hablar–

–si tu dirás Lance- me dice Roger.

– bueno tengo un problema, no creo que esté sea el lugar correcto donde pueda ayudar más en la empresa-

–Lance esa decisión la tomó tu madre, si tienes alguna queja habla con ella- me propone él.

–Roger ahora mismo lo hago, este no es mi lugar, no tiene nada que ver contigo–

–lo entiendo perfectamente Lance– me dice Roger.

Voy caminando por los pasillos de la empresa, me dirijo a la oficina de mi madre en presidencia, en el camino saludo cortésmente a todos, llego a su puerta y le preguntó a su secretaria si está ocupada en alguna reunión, ella me indica que no.

–buenos días madre ¿estás ocupada? ¿podemos hablar? - le digo.

–sí podemos hablar Lance ¿cómo estás en tu puesto? ¿te gusta? -me pregunta.

–en realidad madre, de eso mismo quería hablarte, no me siento cómodo en ese puesto, sabes muy bien que tengo los estudios y la experiencia en otra área, soy capaz de hacerlo dame la oportunidad ¿sí? –

–Lance sé muy bien eso, pero debes comenzar desde abajo, no sabes del manejo de la empresa–

–mamá crees que no he leído todos los informes que me has estado enviado todos estos años, se perfectamente lo que necesita la empresa y se cómo la diriges–

–ah, en serio me sorprendes hijo–

–vamos mamá, por favor solo te pido que confíes en mí, colócame en un puesto donde pueda ser útil– le pido.

–vaya que eres obstinado cuando quieres algo, dame unos minutos y lo arregló todo–

Mi madre sale de su oficina mientras yo me quedo sentado en una de las sillas enfrente del escritorio de espaldas a la puerta.

Karina

–ven Karina, por favor necesito que me ayudas con mi hijo, necesito que le expliques todo lo concerniente al sector de finanzas, que seas su apoyo en todo, vamos a mi oficina para que lo conozcas– me dice Martha.

 ¡No puede ser! lo que menos quiero es ser la secretaría de ese sinvergüenza me digo por dentro, entramos a la oficina de Martha mientras ella va dándole instrucciones, de pronto se levanta el hijo de Martha de la silla y voltea a verme.

–bueno Lance ella es Karina, te va ayudar en todo– nos presenta Martha.

–mucho gusto, soy Lance– me dice él con una media sonrisa.

–un gusto– le digo un poco desconcertada al ver que se trata del chico del ascensor.

– ¿vamos? Me propone él.

Trato de mostrarme lo más profesional posible, sin que se dé cuenta, de mi reacción, voy hablando de todo lo relacionado al puesto y le dejo saber que cuenta conmigo en lo que haga falta, porque me tiene que pasar esto a mí, niego con la cabeza.

–hemos llegado, esta es tu oficina- le indicó.

– en unos momentos te hago llegar todos los informes al día ¿se te ofrece algo más? –

Lance 

Me he quedado como un tonto viéndola, así que se llama Karina, me digo por dentro, mientras ella no para de hablar de las responsabilidades del puesto, me pregunta si necesitó algo más.

- sí, primero mañana te espero en la cafetería y agradezco que seas tú, a quien tenga que recurrir si necesito algo-

–no lo creo, no pienso salir contigo, de ninguna manera– me dice ella.

– ¿por qué? – pregunto con curiosidad.

–porque no salgo ni con jefes ni compañeros–

– pues yo no soy ni lo uno, ni lo otro–

– peor aún, eres el hijo de la dueña–

–te espero mañana en la cafetería– insisto.

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