¡Mis trillizos son del CEO, pero no lo amo!
Edward Vanderbilt, un CEO admirado por algunos y temido por otros, codiciaba un heredero más que a su propia esposa. Frío, distante y entregado a su amante, nunca tuvo intención de construir un hogar con Anya. Para él, su matrimonio solo era un acuerdo.
Anya aceptó las condiciones; sería la esposa perfecta y daría un heredero a los Vanderbilt, pero en su primera noche juntos, fue abusada y marcada para Siempre. Así que huyó.
Justo cuando está a punto de pedir el divorcio, la vida le juega otra mala carta: está embarazada. Para proteger a sus hijos y a ella misma, desaparece y encuentra refugio en el único hombre que siempre la cuidó; Alan Ashford, su mejor amigo de la infancia, quien la ha amado en secreto por años.
Pero el pasado siempre regresa y justo cuando Anya da a luz, Edward la encuentra. Ciego de furia, la golpea. Pero todo cambia cuando el CEO ve la marca de nacimiento de los trillizos y se da cuenta de que son sus hijos.
Ahora hará lo imposible por recuperarlos. Por recuperarla.
Sin embargo, algunas heridas nunca sanan, algunos errores nunca se olvidan y hay matrimonios que nunca deberían haber existido.