Isabella, esa noche, no pudo dormir.
Nadie pudo dormir.
En ese momento, escuchó que su teléfono vibraba; era una llamada de Karina.
— Hola, Isa, me contó Fabián, que han tenido problema, después del rescate de tus padres.
—Sí, pero pronto se resolverá— dijo Isabella, con la voz cansada.
—¡Pensaba ir esta noche a tu casa, pero quería invitar a Vanessa, pero Vanessa salió fuera del país! Cuando regrese, te visitaremos para conocer a tu hermanito— dijo Karina.
— Sí, está bien, Karina, hablamos mañana.— se despidió de Isabella
EN LA HABITACIÓN DE ALADO
Elías dormía en la habitación de huéspedes, profundamente, como si por fin su cuerpo hubiera encontrado descanso después de años tensos. Pero Isabella no podía cerrar los ojos. Seguía viendo el hombre de la bufanda gris una y otra vez en su mente: «su silencio, su mirada fugaz, su nota escrita a mano».
«Vienen por él».
¿Qué significaba eso?
A la mañana siguiente, Sebastián regresó con las grabaciones de la cámara de seguridad d