Capitulo 88

El tiempo en la isla no parecía real.

Para Isabella, las horas se evaporaban como la niebla al sol. Había llegado con la esperanza de encontrar a sus padres, desaparecido sin rastro, tragado por un lugar que parecía callar más de lo que decía.

Esa mañana empezó igual: con el canto de pájaros lejanos, con el sonido de ramas húmedas bajo sus botas, y con una fe que estaba dudando.

Ellos caminaban. sought. Ellos llamaban sus nombres.

Pero la isla como si los protegiera o los ocultara, no respondían.

Hasta que ocurrió un cambio.

Esa mañana el cielo parecía pesar sobre los árboles, y el mar estaba más silencioso que nunca.

El equipo de Sebastián e Isabela seguía un camino poco definido cuando, de repente, se detuvo.

Algo estaba colgado de una rama baja.

Un pañuelo.— Isabella fue a recogerlo.

Era un pañuelo usado. Viejo, bordado con hilo rosado: una pequeña y torpe flor...

Isabela lo identificó de inmediato.

Ella lo hizo cuando era niña. Lo había regalado a su madre un domingo C
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP