SALIR DEL INFIERNO
Las luces comenzaron a parpadear violentamente.
Las paredes antes blancas ahora tenían grietas negras que latían como venas enfermas.
El suelo crujía bajo sus pies.
Fabio miró sus dispositivos y gritó:
—¡El sistema central está corrompido! ¡Se activó el protocolo “Purga Final”!
¡El complejo completo se va a autodestruir!
Vanesa giró con el arma en mano.
—¿Cuánto tiempo tenemos?
—¡Siete minutos!
Isabela apretó a Elías contra su pecho.
El niño dormía, agotado por la fusión de luz.
Sebastián tocó su hombro.
—Tenemos que sacarlo de aquí. Cueste lo que cueste.
Corredores colapsando
El grupo avanzaba por los pasillos mientras puertas se cerraban, techos caían, y el calor aumentaba.
Era como si el complejo estuviera ardiendo desde dentro.
Rayan abrió camino disparando a cada cerradura automática.
Vanesa cubría la retaguardia.
Fabio gritó:
—¡Estoy localizando una salida secundaria!
¡Hay una vía de evacuación para “material sensible”!
¡Un túnel de eme