LA PIEZA QUE FALTABA
Mansión Fernández
Isabela se despertó de golpe.
Elías dormía en la habitación de alado
Pero ella…
No sabía por qué tenía la piel helada.
La habitación estaba en silencio.
Hasta qué…
📱Ring… Ring…
Su teléfono vibró. Un número desconocido.
Sin código de país. Sin identificación.
Respondió.
—¿Hola?
Silencio.
Y luego, una voz suave, temblorosa… demasiado familiar.
—Isabela… mi niña…
No cuelgues…
Soy Nina.
Nina.
Su niñera de Zoé de la infancia.
La que desapareció poco antes de que todo ocurriera.
Ella pensó que había muerto o huido.
La que Zoe decía que “no debía ser nombrada”.
Isabela se levantó de la cama lentamente.
—¿Nina?
¿Cómo tienes este número? ¿Dónde estás?
—No tengo mucho tiempo.
Este número fue programado para llamarte si se rompía el núcleo de Delta Rojo.
Yo lo preparé antes de desaparecer.
Escúchame, por favor:
Zoe no era tu enemiga.
Ella no te vendió.
Alguien de tu familia que la chantajeó.
Y a ella también la estaban u